Desobediencia visual: Una entrevista con Benvenuto Chavajay y Kency Cornejo
Marcial Godoy-Anativia | New York University
Formación en Arte y subjetividad indígena
Benvenuto Chavajay: En Guatemala hay dos comunidades muy importantes en la pintura indígena, la pintura indígena popular, o que muchos llaman naïve. Esos son el pueblo de Comalapa, es un pueblo como muy tradicional en sus pinturas, y la región del Lago, el lago de donde yo vengo. Esos desde 1930s son los dos pueblos que vienen, y últimamente damos los pasos al arte contemporáneo. Entonces, ya chicos de Comalapa y también de San Pedro llegamos a la escuela en la ciudad para estudiar lo que es el arte. Y sí, o sea, estudiamos con el rigor. Pero en mi caso, yo vi otras necesidades, otras necesidades de expresión. Me encontré con esas necesidades de expresión de acercarme un poco a mis raíces o sea como que hay que retornar, hay que retornar, pero también viene, digamos así, con un pasaje del Popol Vuh, cuando le dijeron a la abuela: “Abuela, dejamos este palo seco en medio de la casa y si retoña entonces volvemos”. Y creo que eso es lo que está sucediendo, como que ya el Baktun es el que nos dejó, es el nuevo ciclo, la nueva era, entonces creo que si estamos viéndonos verdad, estamos viéndonos. Por eso siempre le digo a los chicos que hay que vernos pero para ver hay que alejarse. No es que sea monstruo, si no que esa palabra arte que siempre nos ha colonizado; entonces también el arte es una forma de colonizarnos, y es mejor alejarnos un poco pero acercarnos más a lo más importante, a nosotros mismos, a la tierra, a nuestra cultura, y a la espiritualidad.
Colaboración
Kency Cornejo: Bueno, nosotros nos conocimos en el 2008. Yo no soy de Guatemala, soy de El Salvador, pero yo investigo todo Centroamérica y tenemos mucho en común. Yo creo que eso de retornar al ombligo, y del pasado y el futuro es lo que tenemos en común. Por ejemplo, para mi descolonizar el arte, que también es descolonizar el conocimiento, es escribir otras narrativas que han sido excluidas de las grandes narrativas de la historia del arte; que siempre han excluido a Centroamérica. O sea que ven a Centroamérica o Mesoamérica como algo en el pasado, romántico, en donde hubo estas civilizaciones grandes y complejas pero que después de la Conquista como que no existen; y ahora sólo son países de revolución, de opresión, de guerras, y de resistencia en una forma así violenta, volcanes, bananas, cosas así. Entonces para mi, mi proceso de descolonizar el conocimiento es también a través del arte, en reescribir estas historias desde una perspectiva también centroamericana pero también de la diáspora porque yo estoy aquí en los Estados Unidos y viendo esa relación. Entonces, yo hice muchas investigaciones, siempre en Centroamérica, y nos conocimos en el 2008 y desde entonces nos dimos cuenta de que teníamos eso en común: que estábamos en dos mundos al mismo tiempo. Yo hablando en español y en inglés, en los Estados Unidos pero en una casa salvadoreña; negociando esto de estar en la universidad, en lo académico pero también con una familia que no ha tenido acceso a una educación formal. Benvenuto también, en la ciudad y en San Pedro con el arte, con el Tz’utijil, con el español y esta idea de que los dos siempre nos sentíamos con un pie aquí y otro pie allá. Entonces desde esas perspectivas que tenemos en común, creo que tomamos la idea de este proyecto de descolonización del arte, el ver, el conocimiento y el ser, pero desde nuestras experiencias y a través de las herramientas y plataformas que tenemos; ya sea el arte, el performance, los objetos y para mí ya sea la academia, escribir y producir conocimiento a través de investigaciones. Así que para mí lo que Benvenuto hace, y muchos artistas también en Centroamérica, es una desobediencia visual como un proyecto de descolonización. Y ese es un concepto que teorizo en mi tesis de doctorado que es en conversación con lo que Walter Mignolo dice de una “desobediencia epistémica,” pero para mí lo visual—más en Centroamérica—también es epistémico, es conocimiento. Entonces para mi una desobediencia visual es lo que hace a Benvenuto alejarse de estas ideas eurocéntricas, de estos conceptos y definiciones de lo que es el arte y así algo que ya existía, no es inventarse otro, el arte ya siempre ha sido parte de Centroamérica en varias formas.
BC: Sí, digamos, así cuando hablamos del arte que ya existe no sólo en Europa, no sólo en el Occidente o no sólo en Norteamérica, también existía en el pueblo más lejos de Guatemala. Pero como no había esa palabra, como dicen también que nos tildan que somos los ignorantes, los que no estudiamos, o somos analfabetas entonces pues esa palabra, el arte, nos tilda como analfabetos. Pero pues viéndolo bien la verdad no, sólo que tenemos diferentes experiencias. Y nuestras diferentes experiencias, es lo que uno está observando o lo está visualizando. Yo en mis pláticas con mi papá cuando yo le preguntaba “Papá, ¿qué es el arte?” y me decía “Pues mijo ¿y eso qué es? mijo pero ¿eso se come?” Y yo “No, hombre, Papá, el arte.” Y entonces me di cuenta de que no existe la palabra, pero cuando yo expliqué mas o menos dijo “¡ah, mijo, ya!” Pero eso, nosotros cuando tiramos agua a una piedra, es eso, lo sagrado eso es la diferencia del arte. El arte que tenemos nosotros, lo sagrado lo tenemos adentro, desde adentro; no hay necesidad de escribir el lago o leer el lago como palabra, ellos no pudieron escribir y no pudieron leer pero si lo sintieron. Y creo que es lo más importante, que nosotros también queremos lanzar también a la gente es que hay que sentir nuestras cosas. Por eso el mundo colonial o el pensamiento occidental nos cubrió a nosotros y con otra gente. Estamos como quitando esa manta y estamos descubriendo. Para mí, retornar es como que ver el pasado adelante, como que es el encuentro de mi ombligo y el encuentro de mis ancestros.
Prácticas Decolonizantes
BC: Creo que hay dos o tres [artistas] que para mí eso es lo más importante, con este tema. Digamos, en mi pueblo hay cientos de pintores, pintan y siempre me dicen “¿vos pero por qué no pintás?” pero ¿para qué pinto si ustedes pintan? Yo no quiero ser uno de ustedes. Pero para mi pintar es una forma de sanar, de cubrir. En Guatemala hay 22 idiomas mayas. Entonces traté de conseguir las biblias bilingües entre Mam, Kaqchiquel, Tz’utijil y el castellano español. Entonces lo que hice fui cubrir con colores el castellano, el color rojo, blanco… entonces son los cuatro colores del maíz y cubrí con los cuatro colores y sólo se quedó el Tz’utijil. Entonces, para mí eso es una forma de sanar, de alejarme un poco, como un retorno también. Existen estas prácticas pero también hay que hacer ya lo nuestro, lo que nos han traído también. Otra obra es "El Grillete"[1], que es parte de la violencia histórica, es lo que se usó en el tiempo de la colonia. Entonces lo que yo hice fui cubrirlo con la tierra y mandé a quemar en el horno. Entonces es una forma de detener todos esos pensamientos. Detener y ojalá que alguien venga a sembrar la semilla en esa tierra detenida para crecer, para retoñar; porque eso es lo que se necesita: retornar y retoñar. La obra también de mi espalda, el tatuaje[2], también desde el gobierno como que si se logra cambiar el nombre del estadio entonces de una forma como que el gobierno… se está pidiendo perdón al pueblo. Yo no puedo decir esto, digamos, al gobierno sacar la madre, verdad, tiene que pedir perdón. Pero si se logra entonces, para mi, si pide perdón.
La desobediencia visual y lo decolonial.
KC: Para mí, mi trabajo, la forma en que pienso este concepto es primero reconocer que hay una colonialidad. Porque si no ¿de qué se está descolonizando? Entonces no estamos hablando del colonialismo porque eso terminó, estamos hablando de la lógica que siempre sigue, que mantiene a esos países como Centroamérica y a otros países del mundo en esta forma opresiva que se ve hasta a través de la violencia que está sucediendo ahora. Entonces la colonialidad, que está basada en un racismo, en una lógica contra un grupo de personas que son vistas como menos de humano, son sub-humanos. Entonces, muchas de las obras critican no la violencia del partido, ni de la izquierda ni de la derecha. Entonces es reconceptualizar la forma en que vemos lo que es arte político. No estamos hablando de un arte político, estamos hablando de un arte descolonial, que es una gran diferencia. No queremos cambiar partidos para que venga otro y haga las mismas cosas contra la población. Es de quitar esa lógica, entonces es también, de lo que estamos hablando, es algo mental, y del ser, y del ver y del sentir; descolonizar todo esto, en conjunto. Entonces para mi, como yo teorizo esta idea de desobediencia visual es desobedecer esa lógica que ha colonizado el ver. Porque si hay una colonización del ser y del conocimiento, en el arte y en lo visual, hay una colonización del ver. Entonces, eso requiere criticar la colonialidad pero también alejarse de esa lógica y regresar a otra que ya existía antes de la Conquista. Pero también partir de diferentes puntos, de diferentes narrativas, de escribir otras historias que siempre han existido pero que todavía no se han reconocido. Entonces yo lo veo como metodología, para mi una desobediencia visual es escribir estas narrativas que son excluidas, de un canon global occidental. Pero también la forma en que los artistas lo hacen es una forma de protesta, una forma de alejarse pero a través de lo visual. Para mi eso es como lo veo y obviamente la obra de Benvenuto. Sólo quiero mencionar que también yo creo que La Suave Chapina es una, para mi, de las obras de Benvenuto que es buen ejemplo de ese alejarse. Porque podemos pensar que el ready-made lo inventó Duchamp, y que dice “yo agarro un objeto y digo que esto es arte porque yo soy artista y yo digo que es arte ” pero aún mucho mucho más allá, como en el pensamiento Tz’utijil los objetos, las piedras, ya son sagradas porque son parte de la naturaleza. Entonces como es sagrado, que es la palabra equivalente que existía antes de la palabra “arte” ya era arte. Entonces estas piedras de la tierra ya eran como ready-mades, en un sentido. Entonces si partimos desde ese punto podemos ver que lo que se dice “arte experimental contemporáneo” es solamente en términos occidentales porque esto ya existía mucho más antes en otros conocimientos. Entonces regresar a eso es una forma de alejarse de estos nuevos términos, y regresar a otros.
BC: Si porque cuando uno empieza a alejarse o a ser desobediente está mal visto y también, como les decía, en el pueblo Tz’utijil en San Pedro hay muchos pintores, pero hacer algo un poco diferente a ellos es una desobediencia también para ellos porque no estoy haciendo casi casi lo mismo que ellos. Pero un Tz’utijil también llegando a la ciudad capital y hablando de lo contemporáneo esa es otra desobediencia porque la mayor parte, digamos el indígena que vienen de este lago sólo tiene que pintar el folklorismo. Y yo dije no, yo no quiero ser esto y no quiero ser el otro, yo quiero ser yo mismo. Entonces, la mayor parte de mi producción no va con la estructura occidental del arte. Cuando hago una instalación miro cuando ya es una instalación y quito esa lógica de la instalación yo quiero que sean “chunches”. Por eso también hablé mucho de los “chunches” porque son objetos tirados en el suelo, entonces esos objetos yo quiero recuperar y dar esa alma como cuando mi papá me decía “mira hijo esa piedra tiene alma, tiene vida.” Uno no lo ve, pues el mundo occidental sólo tiene esos dos ojos, pero el mundo de nosotros tenemos todavía el tercer ojo que tal vez no está colonizado todavía porque todav y otras partesuando pone esos objetos. Entonces sa piedra que tiramos en medio del lago y va creando sus propias olas y eso es ía ve que esa piedra tiene alma. Entonces es casi la misma relación con Duchamp cuando pone esos objetos. Entonces solo que hay que identificar pero para identificar hay que regresar al ombligo.
Escena artística centroamericana
BC: Esa es la historia de ahora…
KC: Sí, definitivamente hay muchos artistas que están trabajando este tema en diferentes formas. Pero también hay que reconocer que ahorita estamos hablando en un contexto que estamos con terminología que hemos escuchado o hemos leído como descolonización o epistemología. Entonces, hay gente que está trabajando estos proyectos en varios lugares sin decirle descolonización o terminología porque no han leído ciertas teorías y cosas así, pero en práctica lo están haciendo. Por ejemplo, artistas que si conscientemente yo se son muy críticos, en Honduras, digamos, Adan Vallecillo, que también mucha de su obra critica no solamente la violencia si no la colonialidad. También en Costa Rica que hay muchos artistas que también están interesados en esto, ya sea a través de la migración, ya sea a través de la violencia, ya sea a través de la colonialidad de la mente, en todos los diferentes aspectos que afecta y que deben ser descolonizados. También en Honduras después del golpe surgió un grupo de artistas, Artistas en Resistencia, que yo se que varios tienen un gran conocimiento de que el punto de que pase este golpe en el 2009 y que haya una resistencia y una violencia contra la gente. Y luego venir como artistas de teatro, artistas visuales, de danza y de todo; y luego organizarse para criticar eso y usar el arte como una forma de resistir es otro ejemplo. En Guatemala obviamente también hay otros artistas como los hermanos Poyón; Sandra Monterrosso, que también conscientemente ella está muy interesada en el proyecto de descolonización y a través del arte; entonces hay varios. Y no es nada más descolonización como tema pero también descolonización de arte como práctica. O sea artistas que están haciendo iniciativas, que están trabajando con las comunidades, o que están trabajando con estudiantes o que están trabajando con otras poblaciones que no necesariamente están pensando arte y descolonización en términos académicos. Entonces hay varios.
BC: Tenemos en Guatemala específicamente como que hay intelectuales también como que se están regresando. La descolonización en Guatemala es como que regresar a descubrir o jalar de lo de nosotros. El ejemplo de un matemático que escribió en su tesis doctoral la epistemología de la matemática maya. Yo cuando leí eso, y ese es mi amigo de años y cuando leí le dije “lo que estás haciendo es una descolonización”. Y ahorita estamos formando como unos proyectos sobre alejamiento, porque eso lo que a mi lo que me interesa, hay que alejarse. Y el se acercó que con los conteos que cuantos golpes da la madre a la hora de tejer y cuantos da también a la hora de tortear y estas son cosas que estamos haciendo; puede ser como un performance matemático. Es importante que si hay gente que está trabajando pero como dice Kency no están pensando en la crítica de las colonizaciones sino que se quieren regresar.
KC: Lo están haciendo, sin articularlo.
BC: Se quieren regresar, si. Yo sé que es difícil. Es como llegar a la orilla del lago y ver las piedras en el fondo. Pero lo estamos viendo, yo sé que lo estamos viendo, yo se que es difícil pero que lo estamos viendo. Creo que somos como que esa piedra que tiramos en medio del lago y va creando sus propias olas y eso es lo que estamos haciendo, tirando la piedra, y otros vendrán.
Benvenuto Chavajay. Guatemala, Egresó de la Escuela Nacional de Artes Plásticas Rafael Rodríguez Padilla, Guatemala, 2000. Fue becado en el 2002 por la Universidad Nacional de Costa Rica.- EspIRA/La ESPORA, Escuela Superior de Arte, Nicaragua, 2007.- Bureau of Educational and Cultural Affaires, Proyecto SALPICA, Estados Unidos, 2009.- Beca Cifo, Fundación Cisneros, Miami, Estados Unidos, 2013.- Residencia en la Fundación Cannonball Miami Florida, Estados Unidos 2013,- Exposiciones personales y colectivas en Guatemala y en el extranjero. Participación en diferentes ocasiones en debates y congreso sobre la DECOLONIDAD. Su obra se encuentra en colecciones privadas en Costa Rica, Colombia, Cuba, España, Estados Unidos, Guatemala, México, Nicaragua, Colombia.- Colecciones importantes en los museos, El Museo del Barrio de Nueva York.- del Museo de Arte Latinoamericano, MOLAA, Long Beach, Los Ángeles, CA.- En la Coleccion Artist Pension Trust Collection, Nueva York.- Colección de Cifo, Cisneros Fontanals art funadation, Miami Florida, Estados Unidos.- Museo de Antioquia. Medellín, Colombia.- Obras suya en la plaza el Amate, Guatemala.
Notas

[1]“'El Grillete' forma parte del proyecto CONGELACIÓN realizado en Miami. El grillete es un objeto colonial. El vacío donde pone el pie el esclavo está rellenado de tierra de barro quemado. Es una forma de congelar, suspender, detener y anular esa herida colonial.”- Benvenuto Chavajay
[2] “El tatuaje es una cédula de (identificacion ciudadana,) de Doroteo Guamuche Flores, corredor y ganador del maraton de Boston 1952. Resulta en dicha carrera que un fotógrafo gringo no pudo pronunciar su nombre y le puso Matero Flores. El gobierno de turno de Guatemala en los 60s le puso ese nombre (Mateo Flores) al estadio nacional y no el verdadero nombre de aquel héroe corredor. Por tener la sangre indígena, toda la vida cargé el peso del racismo, la humillación, la exclusión etc, nunca usó el nombre de Mateo Flores.La idea de tatuarme la cédula de Dotoreo Guamuche fue parte de un pedido a las autoridades del gobierno para que cambiaran el nombre del estadio nacional Mateo Flores al verdadero nombre del ganador: Doroteo Guamuche. Ésta es otra manera de sanar una herida colonial.”- Benvenuto Chavajay