Aurality: Listening and Knowledge in Nineteenth-Century Colombia de Ana María Ochoa Gautier
Silvia Serrano | Duke University
Ochoa Guatier, Ana María. 2014. Aurality: Listening and Knowledge in Nineteenth-Century Colombia. Durham and London: Duke University Press. 266 pages; $89.95 cloth, $24.95 paper.

En este trabajo Ana María Ochoa Gautier explora la forma de entender la voz y los sonidos, y la manera de registrarlos a través de la escritura durante el siglo XIX, período en el cual se carecía de otras tecnologías de grabación de sonido. A través de la escucha detallada y la lectura entrelíneas de diarios de viajes, novelas, cancioneros, etnografías sobre lenguas indígenas y compilaciones ortográficas y filológicas, la autora examina las prácticas de inscripción de la voz y de las percepciones auditivas de los literatos de la época. Con estos análisis, logra de manera brillante argumentar que los ideales sobre la voz, la manera correcta de hablar y pronunciar, y las formas esperadas de escuchar funcionaban como estructuras de construcción de diferencia y alteridad, así como de clasificación social durante este período.
De esta manera, Ochoa Gautier cuestiona y a la vez complementa “la ciudad letrada” de Ángel Rama (1984) al sugerir que las estructuras de poder durante el siglo XIX en Latinoamérica no se constituyeron solamente alrededor de la literatura y la escritura, sino también de la voz y lo auditivo. Así mismo, la autora discute la noción de “oralidad” la cual ha sido primordial para trabajos académicos que buscan entender las especificidades de la modernidad en América Latina. En su discusión, encuentra que la “oralidad” es una categoría limitada que se centra en la boca y la producción de palabras y deja de lado el oído y la audición. A partir de ahí, propone entonces que lo auditivo, lo oral y lo literario son igualmente necesarios para entender las formas en las que se construye la otredad en la región.
La autora se aproxima a su objeto de estudio desde los estudios literarios y los estudios de sonido. El libro puede catalogarse como parte del reciente “giro del sonido” en las humanidades y las ciencias sociales. Este giro que surgió en las últimas dos décadas, implica una inusitada atención al estudio de lo auditivo, la voz, las tecnologías de grabación, y el registro de lo sonoro a lo largo de la historia. Así han surgido numerosos estudios históricos que buscan revelar cómo sonaban o se oían épocas pasadas.
El libro está organizado en cuatro capítulos, una introducción y un epílogo a manera de conclusión. En la introducción, extensa y minuciosa, la autora articula su intervención teórica con respecto a la crítica de la modernidad desde América Latina, dialogando con autores como Ángel Rama (1984), Julio Ramos (1989) y Jesús Martín Barbero (1987), entre otros. Así mismo, Ochoa Gautier busca resaltar el rol que tuvo el intercambio de información y datos entre Europa y Latinoamérica durante la colonia y más tarde durante la era republicana. En este sentido, sostiene que este intercambio fue central para la generación de conocimiento, para la creación de disciplinas como la musicología comparada y la lingüística comparada, e incluso para la definición de categorías fundamentales para la modernidad como las de “lo humano” y “lo no humano”, “naturaleza” y “cultura”. Así, propone que su trabajo es una crítica a teorías decoloniales que buscan constituir “al otro” utilizando los mismos mecanismos que los modernos utilizaron para construir alteridad (14-15, 17). Adicionalmente, en esta sección, la autora plantea su trabajo como una contribución a la historia intelectual de la escucha y a los estudios de sonido.
El capítulo primero está dedicado a los diarios de viajes de Alexander von Humboldt y otros europeos, a sus descripciones de las vocalizaciones de los bogas (remeros) del río Magdalena, y a la manera como describen el silencio y la relación de este entendimiento con concepciones sobre la vida y la muerte. El capítulo dos discute las colecciones de cantos, canciones y poesías populares y la inscripción de estas en la escritura a través de la alteración de la ortografía. Aquí la autora examina las colecciones adelantadas por intelectuales con diferentes posturas políticas e ideológicas como fueron José María Vergara y Vergara, Jorge Isaacs y Candelario Obeso. El capítulo tres explora los estudios sobre lenguas indígenas hechos por Ezequiel Uricoechea y Jorge Isaacs y elabora sobre las limitaciones que la tecnología del alfabeto representó para inscribir estas lenguas en la escritura. El capítulo cuatro estudia los tratados sobre elocuencia, etimología y ortografía como estrategias para disciplinar y educar la voz. Aquí, la autora explora en detalle la “oralidad” como categoría que construye diferencia y otredad.
La bibliografía es extensa y completa e incluye referencias a trabajos fundacionales y esenciales para los estudios literarios latinoamericanos, así como para los estudios de sonido dentro y fuera de la región. También hay referencias a trabajos filosóficos, históricos y antropológicos sobre Latinoamérica y otras regiones del global south.
Este trabajo ofrece una aproximación metodológica a su objeto de estudio que da cuenta de sus complejidades y contradicciones de manera ejemplar, lo cual será una referencia imprescindible para estudios en las humanidades y las ciencias sociales que busquen explorar la inscripción del sonido y la voz en la escritura en cualquier contexto histórico y geográfico.