Una modesta proposición

Una modesta proposición. Dir. Miguel Mato. Español. 68 min. Argentina, 2001.

Los hechos

En mayo del 2001 (meses antes de que se desatara la crisis económico-política, institucional y social que apremiara a la Argentina) más de 400 niños integrantes del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo marcharon desde La Quiaca, en el extremo norte de Argentina, límite con Bolivia, hasta Buenos Aires, capital del país. El objetivo era simple, inapelable y humillante. Marchaban para pedir que se cumplieran los derechos del niño, un compromiso que Argentina asumió ante el mundo y que consta incluso en su Constitución Nacional. Un compromiso que, también, cotidianamente se traiciona.

Fueron 1.900 km transitados a lo largo de 15 intensos y celebrados días en los que los visitantes experimentaron la alegría de ser recibidos con ternura en cada pueblo y ciudad del recorrido. Pero también, fue una ocasión ineludible para asumir la responsabilidad de convertirse en portavoces de las tristezas y padecimientos de aquellos que sufren en el silencio de una realidad que no los contempla. Quince días de micros, clases ambulantes, murgas, títeres, comidas compartidas, anécdotas divertidas, dificultades del camino, frío, mocos y canciones de fogón.

La Marcha, única en la historia del país, es el resultado de la vocación de trabajo del Movimiento de los Chicos del Pueblo. Un movimiento que está integrado por ex–chicos de la calle, chicos en situación de riesgo, educadores y trabajadores de la niñez. Un movimiento que promueve la autogestión, la autonomía laboral, el pluralismo, la dignidad y el protagonismo de los chicos y jóvenes que conforman ese amplio sector- que día a día se incrementa de excluidos del modelo socioeconómico actual.

La película de Miguel Mato, Una modesta proposición, toma como eje narrativo esta marcha para, desde allí, relevar los testimonios de los participantes, narrar sus historias de vida, sus proyectos y su propuesta de cambio para la sociedad de la que son parte. Pero también, registra la contracara de aquellos que aún hoy están en situación de riesgo, deambulando por las calles de las ciudades y subsistiendo a fuerza de sacrificar lo único que tienen: su condición de niños.

Una modesta proposición tiene el clima intimista de la confesión de los sueños más profundos. Pero tiene también la fuerza de la acción colectiva: la larga caravana de caritas sonrientes y paso decidido para llegar finalmente al centro de la acción, la Plaza de Mayo, donde el país suele expresar sus emociones y reclamos. Buenos Aires, “donde están los corazones más duros”, “los señores del poder”, “los que deciden”. Allí fueron recibidos por más de 10.000 personas que acompañaron los reclamos de los niños y cantaron con ellos sus canciones y compartieron su pan.

Aunque la realidad es dura, el espíritu del film es alegre y el mensaje resulta constructivo. Es, simplemente, una modesta proposición para reflexionar sobre el futuro de nuestro país.

Ficha técnica

Género: Documental
Duración: 68 minutos

Una modesta proposición. Dir. Miguel Mato. Español. 68 min. Argentina, 2001.
Producción Ejecutiva: Gastón Ocampo
Guión: Silvina Chague
Dirección de Fotografía: Federico Serafín
Edición: Andrea Pannunzio
Música original: Dario Witt
Dirección musical: Cacho Machi


Miguel Mato was en Argentina en 1952. Es director de cine y cine publicitario. Ha sido realizador de más de 100 documentales institucionales, y productor y director de programas educativos y de interés general. Su documental Una modesta proposición fue estrenado en el 2002. Ha dirigido también Nunca más ¡prohibido olvidar! y Gambartes y Verdades esenciales. Actualmente se encuentra rodando Losada, las letras de los otros y Haroldo Conti, Homo viator.