Teatro en la exclusión, por la inclusión
Fernanda Vivanco y Ernestina Garbino
Abstract
In this article, Fernanda Vivanco and Ernestina Garbino present the work they developed while working on the project “Theater and Radio-Theater Workshop,” which has taken place in the Correcional de Mujeres #3-Bower (a women’s prison), from August 2001 to the present. This project has been incorporated into the Programa Universitario en la Cárcel (P.U.C.) (University Program in the Jails), at the Department of Philosophy and Humanities of the Universidad Nacional de Córdoba in Argentina. This project received a grant from the Secretaría de Extensión Universitaria for the years 2002-2004. The workshop is interdisciplinary in nature, combining the disciplines of Theater, Communications (Radio-Theater) and Human Rights.
Cronología de un espacio consumado: “Experiencia Antígona”
Atados unos a otros como para pesar más, su lento vaivén los va hundiendo cada vez más en la tumba, y ese peso palpitante vuelve a poner en movimiento toda la maquinaria de los astros. El ruido revelador traspasa los adoquines, las losas de mármol, las paredes de barro endurecido, llena el aire reseco de una pulsación de arterias. Los adivinos se tienden en el suelo, pegan a él el oído, auscultan como médicos el pecho de la tierra sumida en su letargo. El tiempo reanuda su curso al compás del reloj de Dios. El péndulo del mundo es el corazón de Antígona..
-Marguerite Yourcenar (Fuegos, Ed. Suma de Letras, 2005)
El estudio de Antígona de Sófocles y fundamentalmente la versión de Jean Anouilh, y la lectura de múltiples análisis que desarman y rearman el sentido de la tragedia griega, fueron el factor que impulsó la primera inquietud de este grupo de trabajo -que nació como grupo de teatro independiente- convirtiéndose en otra de mayor compromiso político y social, que cambiaría su posicionamiento, que ampliaría sus intereses como artistas, como seres humanos, como ciudadanas.
En efecto, durante el periodo 2000-2001 se preparó y presentó una puesta en escena en base a Antígona, y a ello le siguió la implementación de una prueba piloto de 2 meses de duración en el Correccional, consistente en clases de teatro de nivel inicial, que tenían por eje temático esa tragedia griega.
El principal objetivo consistía en poder instalar el argumento de la pieza (Sófocles y las versiones de Jean Anouilh, Henry Bauchau, y Marguerite Yourcenar) tanto a nivel oral como a nivel expresivo, corporal, y abrir un espacio de reflexión activa alrededor del eje, “La mujer en conflicto con la ley”. Y eso sucedió, Antígona apareció en poesías, improvisaciones, conversaciones, y abrió un espacio de libertad efectiva, de libertad de pensamiento, a partir del cual se pensaron las dualidades que presenta en su esencia la condición humana: lo bueno / lo malo, justicia / injusticia, amor/odio, estado-espacio público/ciudadano- espacio privado, mundo terrenal/mundo espiritual, autoridad/súbdito.
Este trabajo concluyó en un “ensayo general” (no llegó a ser una puesta en escena, pues a la semana siguiente quedó en libertad la mitad del grupo) que reunía una magnífica cronología del argumento, remontando la historia a Edipo Rey de Sófocles, vital por su vigor y contagio.
A partir del 2002 comenzó ya oficialmente a funcionar un espacio dentro de la institución carcelaria, cuyo universo de trabajo estuvo (y está en la actualidad) compuesto por personas en situación de alta vulnerabilidad, porque son mujeres privadas de libertad y parte del grupo es menor de 21 años (ingresan a las cárceles a partir de los 18 años de edad).
El proyecto luego se fue nutriendo de otras herramientas, otras disciplinas, para atender -desde la actividad teatral- elementos que se evidenciaban en el camino como necesidades básicas: el radioteatro, la comunicación, y los derechos humanos.
Partiendo de la concepción del teatro como una manifestación cultural mediante la cual puede despertarse una conciencia crítica acerca de las propias condiciones de vida y la relación con el entorno (su mundo de relaciones familiares y comunitarias), se introduce el radioteatro como herramienta efectiva para difundir muros afuera las producciones de las mujeres, con la intención de crear un reflujo social, ubicando a las mujeres fuertemente estigmatizadas cultural y socialmente (“delincuentes, deshecho social, sujetos sin voz, incapaces”) como hacedoras de cultura que aportan algo valioso al “capital simbólico”, partícipes de la vida cultural de su comunidad, voceras de un discurso propio capaz de transitar e irrumpir en espacios de marcado “valor simbólico”, de acuerdo con los conceptos de Pierre Bourdieu. En este sentido, estamos de acuerdo con el sociólogo francés, quien afirma que el problema sociológico central es: "La cuestión de la legitimidad de una existencia, del derecho de un individuo a sentirse justificado de existir como existe".[1] De allí el encanto que obran sobre las personas los "ritos de institución" ("actos de magia performativa"), que aseguran su existencia como miembro ordinario o extraordinario de un determinado grupo, es decir, esa "ficción social" que los hace "asumir la imagen o la esencia social que le es conferida bajo la forma de nombres, de títulos, de diplomas, de puestos, o de honores" [2]; y también los "actos de consagración", "capaces de arrancar el sentimiento de la insignificancia y de la contingencia de una existencia sin necesidad, confiriéndole una función social conocida y reconocida".[3]
La Comunicación Social se integró al proyecto como base de las actividades teatral y radioteatral, entendiéndolas como medios de comunicación capaces de despertar múltiples acciones, reacciones, e interpretaciones tanto en el emisor del mensaje como en el receptor del mismo. Además asumimos la comunicación en un sentido experiencial y concebimos estas actividades culturales como puestas en común, que permiten compartir e intercambiar experiencias. En otro sentido, esta disciplina fue también necesaria para afrontar la marcada fragmentación comunicacional existente, típica de las instituciones de “encierro”, que incidía inevitablemente en el devenir y la fluidez de las actividades del Taller. Hubo que pensar y probar estrategias de acción tendientes a mejorar esos canales comunicacionales intrainstitucionales (guardiacárceles, celadoras, docentes penitenciarios- “internas”[4]) e interinstitucionales (personal, docentes, autoridades penitenciarias- docentes y autoridades universitarias).
Finalmente, uno de los objetivos principales es abordar los Derechos Humanos desde el Teatro y la Comunicación como temática de reflexión y material de producción teatral y radioteatral. Es por ello que este trabajo se funda en los Derechos a la Expresión y a la Educación, muchas veces vulnerados en las cárceles, y su temática base está constituida por los 30 artículos que conforman la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU. En este sentido, el proyecto cumple con el artículo 27º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, inciso a) que dice: "Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten". Además, este trabajo también entra dentro de los requerimientos necesarios para el cumplimiento del artículo 6º de los Principios Básicos para el tratamiento de los reclusos, que expresa: "Todos los reclusos tendrán derecho a participar en actividades culturales y educativas encaminadas a desarrollar plenamente la personalidad humana". También y más específicamente, se trabaja sobre los Derechos de la Mujer y los Derechos de los Reclusos.
Realidad: fértil material de producción
Desde el comienzo de nuestro trabajo sabíamos que era necesario pensar en el “encierro” más allá (o más acá) de sus causas, y de la archi- conocida situación de carencia que caracteriza mayoritariamente a las personas que se alojan en las cárceles latinas a las que algunos autores han denominado “cárceles de la pobreza”. Creímos conveniente entonces -en virtud de preservarnos de cualquier sensibilización que parcializara el vínculo con cada una de las mujeres que se acercara al taller- evitar cualquier elemento, cualquier información que determinara a priori el criterio básico del taller, que era la inclusión de todas las mujeres que estuvieran interesadas en participar del mismo. De modo que recuperar la palabra, la expresión que singulariza y que habilita el fortalecimiento de la libertad de expresión, ha sido uno de los objetivos más fuertes del proyecto.
Ahora bien, la exclusión social, la interrupción de la vida en la comunidad, genera una nueva comunidad en la que se re-inventan, instintiva o deliberadamente, nuevas pautas de convivencia. Estas pautas constituyen nuevas formas de tolerancia, de jerarquías, de dominio (poder/fuerza), e incluso de inclusión, de admisión, o de exclusión. El encierro es una situación compleja que supera el hecho de la privación de la libertad como castigo, e incide en nuestra sociedad como una separación definitiva de un sector que ya viene siendo excluido del funcionamiento del sistema.
Debido a que el sentido común oscila entre ‘el ser y el deber ser de las cosas’, vacilamos constantemente entre una ‘realidad’, y un ‘deseo de realidad’. Esta oscilación es, entre otras cosas, la que marca la dirección de la exploración teatral que proponemos hacia un trabajo creativo y reflexivo, que funcione como un mecanismo que genera situaciones ficcionales, armadas a partir de un debate entre lo que observamos que ‘es’ y lo que ‘desearíamos que fuera’. Esto plantea un desafío con relación a lo que existe, a las maneras de percibir, a los modos de hacer.
Creemos importante entonces, participar, reconocer, y explorar este desplazamiento de las formas de sensibilidad y de los umbrales de la tolerancia. El sujeto de la acción recupera así -e incluso genera- un accionar mediante el cual transforma lo real, lo dado en términos de tensión y conflicto, siempre a través de situaciones creadas, ‘situaciones teatrales’. Tratar con esta realidad como materia, participar de la actividad propuesta descubriéndose, advirtiéndose semejante y diverso respecto a los demás, enfrentándose con supuestos callejones sin salida, confusiones, imposibilidades, atravesando conflictos y enfrentamientos, haciendo intervenir el pensamiento crítico en lo real, constituye otro de los objetivos prioritarios de esta propuesta.
¿Qué aporta el Teatro en la cárcel?
Cabe ahora preguntarse ¿por qué el teatro en la cárcel?, ¿por qué implementar una actividad que no implica una utilidad o un rédito material e inmediato? ¿Por qué, en fin, implementar un proyecto cuya actividad ya resulta marginal en nuestra sociedad, en una institución de marginales? Porque el teatro instaura un espacio protagonizado por el cuerpo, es decir, la voz, la palabra, el movimiento, activados por el pensamiento y las ideas. Esto significa una pequeña conquista de la libertad individual, de la autonomía, y de la responsabilidad que implica protagonizar ‘situaciones’ de la vida real. El trabajo con la voz influye favorablemente en personas que la han sostenido a medias y, en medio de esta precariedad, la expresión habita el cuerpo e incide sobre el pensamiento -y viceversa-, y exige, a la hora de resolver un conflicto en escena, evaluar las diversas estrategias de acción.
Paralelamente, las actividades llevadas a cabo dentro del Taller aspiran también a:
1- Disminuir la vulnerabilidad de un sector social cuyas personas han sido gestadas, criadas, o socializadas en condiciones de privación, expuestas a una serie de factores que han ido restringiendo sus posibilidades de realización personal o de integración social, de modo que aquella situación de deterioro las expuso al control socio-penal. Y,
2- Favorecer, en la medida de lo posible, el resquebrajamiento de algunas ‘evidencias’ o ‘tópicos’5, acerca de la normalidad o de la delincuencia, para contribuir a que determinados pensamientos y determinados gestos sean pronunciados con algún titubeo reflexivo, y que su fortalecimiento resulte de la fricción con otros gestos y otros pensamientos. “La crítica, dice Foucault, no tiene por qué ser la premisa de un razonamiento que terminaría diciendo: ‘eso es lo que usted tiene que hacer’. (...) No tiene por qué imponerse a la ley. Es un desafío con relación a lo que existe”.
Este taller no persigue fines terapéuticos, ni pretende generar ‘bienestar’ allí donde el malestar es constitutivo y necesario para no perder de vista el derecho a la ‘libertad de expresión’. Es a partir de ese malestar que cada mujer construye o reconstruye un universo expresivo que establece lazos reales con el mundo, siempre a partir de un material personal que va trascendiendo la ‘descripción’ para ingresar en la ‘creación’, en la ‘invención’.
Temas emergentes
Uno de los caminos más certeros fue tener siempre presente el problema que atraviesan estas mujeres, en vez de abstraernos de él: el aislamiento que padece quien esta en prisión. Este hecho es contemplado desde que se forma el grupo de trabajo, pasando por el tipo de textos que funcionan a modo de disparadores de interés, allí cuando los identificamos (teatrales, literarios, periodísticos, relacionados con los derechos humanos, filosóficos, etc); hasta la elección de los ejercicios teatrales y entrenamientos corporales. Hay temas que indefectiblemente aparecen directa o indirectamente, de manera reiterada, dentro del Taller: la (in) justicia, el doble proceso de marginación dado por la desterritorialización de la vida social y la nueva reterritorialización dentro del sistema carcelario; la maternidad tras las rejas; la deshumanización del trato dentro del establecimiento penitenciario; la creación de nuevos vínculos afectivos; el amor; la sexualidad; el gran desconocimiento de los derechos y las obligaciones. Muchos de ellos se exponen en los trabajos radioteatrales que han sido producidos y difundidos radialmente a nivel local (Córdoba) y nacional (Argentina) desde el 2003 a la actualidad: Lisístrata y La Asamblea de las Mujeres (ambas producciones basadas en las comedias de Aristófanes del mismo nombre, las cuales resaltan la importancia del rol femenino en la vida social), Bandera Multicolor e Historia de tres mujeres (creaciones colectivas que se asientan sobre el derecho a la libre orientación sexual y contra la discriminación de los enfermos de VIH Sida), El Asadito en casa de Clarita (habla del derecho al trabajo y la organización cooperativa). Actualmente se encuentra en proceso el material radioteatral basado en Antígona de Jean Anouilh sobre el que se trabajó en el ámbito teatral al comienzo de esta experiencia, y nuevamente en este último tiempo.
En los trabajos de mesa realizados en cada clase que abordaba los derechos humanos, las mujeres comenzaron a “soltarse” y relatar situaciones reales en donde aparecían innumerables derechos vulnerados. Esto nos obligó a poblar nuestro marco teórico más en materia de criminología, leyes, derechos y filosofía del derecho, que en técnicas y teorías teatrales y radioteatrales. Tal y como lo indica la realidad carcelaria mundial, la inmensa mayoría de las personas a las que se les imponen sanciones, desconocen cómo apelar, o si lo saben, no pueden o no se animan a hacerlo, puesto que los mecanismos existentes para canalizar dichas denuncias, no han demostrado su eficiencia a lo largo del tiempo. Es más, resulta extremadamente llamativa la falta de controles reales y efectivos por parte de la justicia. Vista esta circunstancia, desde el Taller de Teatro y Radioteatro se trató de dar una respuesta, en la medida de nuestras posibilidades, invitando a profesionales formados y sensiblemente “pre-ocupados” (desde el pensamiento y/o la acción) con esta problemática, para atender esa “falta”, para poblar esa ausencia de información, ese desconocimiento de los propios derechos que hacen de las personas seres más débiles en el ejercicio de su ciudadanía, quitándoles la posibilidad de transitar por una existencia más digna, más justa, y menos sufrida.
Si bien no podemos precisar cuáles han sido, son, y/o serán los verdaderos alcances de esta experiencia acotada a un grupo de mujeres presas que habitan una cárcel ubicada en el extremo Sur de América, por otro lado estamos convencidas del poder transformador, movilizador, y emancipador del Teatro, el cual propicia, en este caso, la creación de vínculos humanos basados en la solidaridad y el respeto, principalmente con la mirada puesta en el otro, en sus necesidades y sus deseos. Esta posición habla del tipo de sociedad que queremos construir, dentro y fuera de los muros, en cuyas grietas nos ubicamos.
Quiénes somos
El equipo de trabajo es interdisciplinario y actualmente se encuentra compuesto por las siguientes docentes de teatro: la Profesora Ernestina Garbino; la Licenciada en Comunicación Social, Fernanda Vivanco, y la Licenciada en Psicología Mariela Lario. A cargo de la grabación y edición de sonido del material radioteatral se encuentra el estudiante de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Córdoba, Federico Disandro. En diferentes etapas, la dirección de la actividad estuvo a cargo del actor y director teatral Lic. Roberto Videla, y más recientemente se ocupó de ella el escritor, docente universitario y Dr. en Filosofía Diego Tatián. Las instituciones externas con las que se ha trabajado estrechamente han sido y son el Programa Universitario en la Cárcel (P.U.C.) de la U.N.C.; la O.N.G. La Casa del Liberado de Córdoba; Radio Revés, perteneciente a la Escuela de Ciencias de la Información de la U.N.C. (FM 88.7 - Córdoba); Radio Nacional – sede Córdoba (AM 750) y Buenos Aires, y Radio UTN (FM 94.1- Córdoba).
Para contactarse con nosotras, pueden enviar un correo electrónico a:
Ernestina Garbino Este endereço de email está protegido contra piratas. Necessita ativar o JavaScript para o visualizar.
Fernanda Vivanco Este endereço de email está protegido contra piratas. Necessita ativar o JavaScript para o visualizar.