La Virgen de la Asunción viaja a California: migrantes mexicanos y construcción de circuitos simbólicos y emocionales transnacionales
Shinji Hirai | UAM Ixtapalapa
Abstract:
The Virgin of the Assumption Travels to California: Mexican Immigrants and the Construction of Symbolic, Emotional, and Transnational Circuits
In this work, I present two ethnographic cases on the replicas of the sacred image of the Virgin that traveled from the Mexican migrants' homeland to California. On one hand, the introduction of these religious images into their destinations in the United States has played an important role in the development of the migrants’ religious practices that contribute to the reinforcement of the social ties between them and to the maintenance of the traditions and religious and social identity rooted in their homeland. On the other hand, these popular religious practices have also been appropriated and institutionalized by the church of destination to incorporate the migrant population into the local parish. Interweaving between migrants’ popular initiative and the intervention of the church of destination, the transnational symbolic and emotional circuits have been built in the religious dimension of their life.
Introducción
La Virgen de la Asunción es la patrona del templo parroquial de Jalostotitlán, cabecera del municipio del mismo nombre en el estado de Jalisco, México. Esta localidad que cuenta con cerca de 20,000 habitantes ha enviado a una parte importante de su población al estado de California desde principios del siglo XX. Durante la investigación etnográfica sobre este caso de migración mexicana hacia Estados Unidos, me enteré de que existen varias imágenes sagradas de esta Virgen dentro de los circuitos migratorios de los jalostotitlenses. La primera imagen se encuentra en el altar del templo parroquial de Jalostotitlán. La segunda es una réplica de la primera que se traslada cada año entre esta localidad y Guadalajara visitando los hogares de familias jalostotitlenses. Otras tres réplicas están en California: una en una iglesia católica en Sacramento; otra que visita constantemente los hogares de familias originarias de Jalostotitlán en el sur de California, y la última se encuentra en Turlock, condado de Stanislaus.
En este artículo, a partir del análisis etnográfico de dos casos acerca de las réplicas de esta Virgen que viajaron a California, pretendo explorar qué sucede cuando las prácticas religiosas del terruño de los migrantes se replican en los lugares de destino como expresiones de la religiosidad y la identidad social. La migración de México hacia Estados Unidos es un fenómeno que no sólo construye los “circuitos migratorios transnacionales” o redes transnacionales de relaciones sociales, a través de la circulación continua de personas, dinero, objetos e información entre el lugar de origen y el lugar de destino (Rouse, 1989), sino que también es un viaje acompañado por el movimiento de una serie de símbolos y prácticas culturales, lo cual aporta otra dimensión de la transnacionalidad en la vida de los migrantes. Al enfocarme en la inserción de la imagen sagrada y las prácticas religiosas del terruño en la sociedad receptora, analizaré cómo se han construido los circuitos simbólicos y emocionales transnacionales en la dimensión religiosa de la vida de los migrantes.
Aunque las prácticas religiosas de carácter transnacional que se analizan en este trabajo surgieron principalmente de la iniciativa popular de los migrantes para crear y fortalecer lazos sociales entre ellos y vínculos transnacionales con su lugar de origen, la construcción de conexiones transnacionales es un proceso íntimo con la incorporación de los migrantes a la sociedad receptora (Levitt y Glick- Schiller, 2004). Siguiendo esta argumentación, la “incorporación de los migrantes a una nueva tierra y las conexiones transnacionales con un terruño o con redes dispersas de familiares, compatriotas o personas con las que se comparte una identidad religiosa o étnica, pueden darse al mismo tiempo y reforzarse entre sí“ (Levitt y Glick-Schiller, 2004: 62). Otro aspecto importante del presente trabajo acerca de este proceso de incorporación de los migrantes a la sociedad receptora, sostiene que no se puede ignorar la intervención por parte de otros actores en las prácticas transnacionales que han desarrollado los migrantes. En este sentido, este artículo también explora cómo la iglesia de destino se acerca a los migrantes, a través de la institucionalización de sus prácticas religiosas populares, para incorporarlos a la parroquia de la sociedad receptora.
La “Virgen indocumentada” en el sur de California
Entre finales de los años sesenta y principios de los setenta, el entonces párroco de Jalostotitlán tuvo la iniciativa de llevar una réplica de la imagen de la Virgen a California con el fin de hacer una rifa entre los migrantes para recolectar la donación. Primero, la mandó con una persona de Jalostotitlán en un camión de carga para pasar la frontera por Tijuana sin documentos aduanales. Algunos migrantes llaman a esta imagen, cariñosamente, la Virgen indocumentada porque cruzó la frontera sin papeles igual que muchos migrantes jalostotitlenses que llegaron a California en esa época. Cuando el párroco llegó al sur de California, uno de los directivos del Club Social Jalostotitlán de Los Ángeles le propuso otra idea: en vez de hacer la rifa, el club donaría a la parroquia la misma cantidad de dinero que pretendía recolectar el párroco con la rifa, para que esta réplica perteneciera a todas las personas originarias de Jalostotitlán que radicaban en el sur de California. El párroco consideró que esta idea era mejor que su plan inicial y decidió encargar esta réplica al Club Social Jalostotitlán. Desde entonces, esta imagen de la Virgen ha peregrinado entre los hogares de los jalostotitlenses y ha acompañado la celebración de su fiesta patronal de agosto en el sur de California.
El Club Social Jalostotitlán de Los Ángeles fue fundado en 1967 por un grupo de migrantes jalostotitlenses. Era una organización, sin fines de lucro, fundada con el objetivo de promover la identidad arraigada a su terruño y el fortalecimiento del vínculo social entre Jalostotitlán y los jalostotitlenses radicados en el sur de California.
Uno de los eventos anuales importantes que organizaba este club era la celebración de la fiesta de la Virgen de la Asunción en agosto. Para organizar esta festividad, el club coordinaba con alguna iglesia católica de Los Ángeles, donde muchos de los migrantes vivían concentrados. Por ejemplo, el 15 de agosto de 1971 la fiesta patronal se organizó en Saint Peter Catholic Church, ubicada en la avenida Broadway en Los Ángeles.
Después de la desaparición de este club a principios de los años ochenta, la réplica de la imagen de la Virgen de la Asunción permaneció un tiempo sin moverse. Se quedó en la casa de uno de los ex presidentes del club en Downey. Cuando él se fue a vivir de manera definitiva a Jalostotitlán, la dejó con su hermana. Después, don Jesús, quien radica en South Gate, condado de Los Ángeles, y es uno de los coordinadores actuales de la visita de la Virgen, se hizo responsable de cuidar la imagen. Desde entonces la imagen ha andado, de nuevo, peregrinando entre las casas de los jalostotitlenses de diferentes ciudades y de distintos condados en el sur de California, y las prácticas religiosas en torno a esta imagen siguieron creciendo. Al principio, esta réplica de la Virgen peregrinaba entre las casas de los migrantes jalostotitlenses permaneciendo durante una semana en cada casa. Pero, hoy la estancia de la imagen en cada hogar se limita a tres días porque cada vez más familias solicitan a los coordinadores la visita de la Virgen peregrina. Actualmente hay aproximadamente 300 direcciones de casas de jalostotitlenses que solicitan su visita.
Las fiestas patronales de agosto también se han celebrado con la presencia de la imagen de la Virgen, pero de una manera más organizada y a mayor escala. En comparación con la fiesta religiosa que se celebraba solamente en el transcurso de un día en una iglesia católica de Los Ángeles, ahora se da la misa para venerar a la Virgen de la Asunción durante varios días del mes de agosto y, en ocasiones, en las iglesias de diferentes ciudades y condados. Por ejemplo, en el año 2001, la misa se llevó a cabo el 12 de agosto, domingo, en la Iglesia de San Juan Evangelista en Los Ángeles, y el 15 de agosto, miércoles, en la Iglesia de San Bonifacio en Anaheim.
En años recientes, los coordinadores de la organización de las fiestas patronales han tomado varias medidas para dar información acerca de la celebración. Se reparten aproximadamente 1,000 invitaciones y hasta se ha creado una página en Internet. Asimismo, el fondo de la imagen de la Virgen de la Asunción y el patrocinio de docenas de personas originarias de Jalostotitlán cubren los gastos de la organización del evento. Por ejemplo, en la fiesta patronal del 15 de agosto de 2003 que se celebró en la iglesia San Lorenzo de Brindisi en Los Ángeles hubo 50 personas que aportaron 60 dólares cada una. Con este dinero, que en total sumó 3,000 dólares, se cubrió gran parte de los gastos, y además, se hizo una rifa de un boleto para un viaje a Jalostotitlán para dos personas. Una cadena de supermercados de alimentos mexicanos, propiedad de una familia originaria de Jalostotitlán, pagó los gastos de la comida para todos los concurrentes, y el pago de la banda de música en vivo se cubrió con el fondo de la imagen.
¿Cuál es la lógica y el impacto que tiene este viaje de la Virgen de la Asunción al sur de California? Para aquellos migrantes que, por distintos motivos, han tenido dificultades para estar físicamente en su terruño para asistir al ritual religioso, esta réplica ha jugado un papel importante en el desarrollo de las prácticas religiosas del lugar de origen, “reterritorializadas” en el sur de California. La lógica de la inserción del símbolo religioso local en la sociedad receptora es que si los migrantes no pueden regresar a Jalostotitlán para manifestar su devoción por la Virgen de la Asunción, la réplica de su imagen viene hacia ellos para que también puedan replicar las prácticas religiosas y estar simbólica y emocionalmente conectados con su terruño y con el ritual celebrado en Jalostotitlán.
Cabe señalar que estas prácticas religiosas que han construido y fortalecido lazos sociales y el sentido de pertenencia a Jalostotitlán entre los migrantes y vínculos simbólicos y emocionales con su terruño, surgieron de la iniciativa popular de los migrantes de crear sus propias organizaciones, tales como, el Club Social de Jalostotitlán, la coordinación de la organización de las fiestas patronales. Estas organizaciones son actores principales que han transformado estas prácticas religiosas típicas de su terruño en una expresión colectiva de la religiosidad de los migrantes en la sociedad receptora.
Fiesta patronal en Turlock
En el año 2003, otra réplica de la imagen de la Virgen de la Asunción llegó a la Sacred Heart Catholic Church en Turlock. El motivo de su traslado de Jalostotitlán al norte de California era acompañar la celebración de la fiesta de la Virgen de la Asunción del 15 de agosto que ha organizado en los años recientes esta iglesia con la coordinación de un grupo de personas originarias de Jalostotitlán radicadas en esta ciudad.
Los jalostotitlenses comenzaron a llegar a Turlock desde principios de los años sesenta para trabajar en los campos de cultivo de durazno, uvas, almendra, nuez, chabacano, etc. Actualmente viven en esta ciudad cerca de 100 familias de migrantes nacidos en Jalostotitlán. Si se incluyen las familias de segunda generación, el número de las familias originarias de Jalostotitlán alcanza aproximadamente a 200.
Muchos de los jalostotitlenses de esta ciudad no han podido regresar a su tierra natal cada año en el mes de agosto para asistir a las fiestas patronales. Particularmente, para aquellas familias jalostotitlenses que se dedican a la labor agrícola, realizar el retorno temporal en el mes de agosto ha sido imposible porque las fechas de las fiestas religiosas de Jalostotitlán coinciden con la temporada de cosecha de los productos agrícolas en esta área.
A pesar de esta experiencia de separación del tiempo y espacio ritual de su lugar de origen, los migrantes no han perdido la creencia y el apego por la Virgen de la Asunción y han tratado de conservar las prácticas religiosas locales de su terruño. Por ejemplo, cuando aún no existía la celebración del 15 de agosto tal como se festeja hoy en día, el 15 de agosto los paisanos se reunían y participaban en la misa de la iglesia católica de Turlock para celebrar la fiesta de la Virgen de la Asunción, aunque se trataba una misa normal de la iglesia.
A partir de estas prácticas religiosas, algunos migrantes originarios de Jalostotitlán se reunieron y formaron la Asociación de Nuestra Señora de la Asunción, dentro de la iglesia católica de Turlock. Sus integrantes son 15 personas originarias de Jalostotitlán y sus esposas/os. Los esfuerzos de esta asociación y su devoción por la Virgen de la Asunción dieron fruto por fin y, el 15 de agosto de 2001, se celebró la fiesta patronal de esta Virgen como una fiesta oficial de la parroquia.
La Sra. Esperanza, una integrante de esta asociación, me explicó uno de los motivos importantes por los cuales esta asociación promovió en la iglesia la celebración de la fiesta del 15 de agosto:
Porque se vio la necesidad de (transmitir) muchas de las costumbres que tenemos en nuestro pueblo, […] para que ellos (nuestros hijos) vean las costumbres […] por ejemplo, dentro de mi familia, mis hijos, pues sabían cosas de allá, pero había veces que, como decimos, no podemos ir por la cuestión de estudios y de trabajo, o eso. Entonces, también, por eso, se formó todo esto. (Entrevista realizada en Turlock, el 7 de noviembre de 2004).
La celebración de la fiesta del 15 de agosto cuenta con la participación de la población hispana de Turlock. Tal como ocurre en Jalostotitlán, se celebran las mañanitas a la Virgen, la peregrinación y la misa. La peregrinación recorre las calles de la ciudad acompañada por un grupo de danzantes aztecas y un grupo de charros que llevan una bandera de México y otra de Estados Unidos. Después de la misa, se realiza la convivencia entre los fieles. Hay música de banda y puestos de comida mexicana que ofrecen pozole, enchiladas, tacos, tostadas, etc. La asociación está a cargo de la organización de esta fiesta, pero esta convivencia se prepara entre toda la comunidad hispana que pertenece a la parroquia. Para la celebración de esta fiesta religiosa llegan a Turlock muchos jalostotitlenses que viven en Sacramento, San José, San Francisco, Petaluma, Fresno y otras localidades del norte de California.
El año 2003 fue un año muy significativo para los integrantes de la asociación porque llegó a Turlock una réplica de la imagen de la Virgen de la Asunción de Jalostotitlán. Esta réplica se hizo con el permiso de ambas parroquias, es decir, de la parroquia de Turlock y de la de Jalostotitlán. Posteriormente, la nueva réplica se trasladó en avión hasta Tijuana. Los integrantes de la asociación fueron a recogerla a Tijuana para pasar la frontera. Luego, se trasladó esta imagen a Turlock por tierra. Esta vez, la imagen de la Virgen no cruzó la frontera de manera indocumentada, sino que entró a California con todos los documentos necesarios para pasar la aduana. Esta réplica es una copia idéntica de la imagen original de la Virgen de la Asunción de Jalostotitlán. Los integrantes tratan de realizar las prácticas religiosas dedicadas a ella con la mayor similitud a las de su tierra natal. Por ejemplo, hacen el vestido de la Virgen cada año, igual que se hace en su tierra natal.
Aunque esta celebración en Turlock surge principalmente de las prácticas religiosas locales de Jalostotitlán, la asociación no la considera solamente como fiesta de su terruño. Más bien, es la tradición de su tierra natal y a la vez la fiesta de la iglesia de destino para todos los hispanos de Turlock. En este contexto, tanto las prácticas religiosas locales de los migrantes como la réplica de la imagen religiosa de su tierra natal fueron apropiadas por la iglesia católica de Turlock como nuevas prácticas religiosas de la población hispana que ha llegado a la ciudad como migrante. La Virgen es su nuevo símbolo, dando nuevos significados a la tradición local de los jalostotitlenses y a la imagen de la patrona de su terruño. Hace unos años, el sacerdote de la iglesia de Turlock dio el siguiente discurso en la misa en español, comparando la vida del profeta Elías con la de los migrantes que llegaron a Estados Unidos:
Al hacer la lectura del profeta, pensaba yo, cómo hay diversos motivos por los cuales las personas tienen que emigrar y dejar a sus pueblos, a sus tierras. Las circunstancias por las cuales muchos de ustedes han emigrado a este país del norte, no es la misma circunstancia por la que el profeta Elías también emigraba al país del norte […] Este profeta Elías, el primer gran profeta de Israel, hace que se vea en él como un regreso a las fuentes de la fe del pueblo, es decir, es una llamada de atención para que el pueblo recuerde su fe. Y por qué no decirlo, también ahora en el contexto de esta lectura, nosotros, al colocar en este lugar la imagen de la Nuestra Señora de la Asunción, volvemos a las fuentes de nuestra fe, volvemos a nuestra memoria, nuestro recuerdo, a esos lugares donde algunos de ustedes, muchos de ustedes han peregrinado en algunas ocasiones, a lugares que les vieron nacer, lugares de sus padres, lugares, también, de crecimiento en la fe. (Fragmento extraído de la película de la Celebración de Nuestra Señora de la Asunción realizada por la Asociación de Nuestra Señora de la Asunción).
Lo que se puede interpretar en este discurso es que la imagen religiosa del terruño de los migrantes de cierta región, fue apropiada por la iglesia de destino como un símbolo que crea en los migrantes hispanos católicos en general las memorias, recuerdos de las costumbres y tradiciones de sus lugares de origen vinculadas de manera estrecha con la religión católica, la fe y la identidad religiosa. Sin embargo, lo que se sugiere en este discurso sobre terruños no es que los migrantes regresen a sus lugares de origen para acercarse a lo sagrado, sino que al contrario, se acerquen y se incorporen a la parroquia de destino porque ahí es donde ellos pueden recuperar las costumbres y tradiciones de sus terruños ligadas a la religión y la fe y volver al tiempo y espacio sagrado de sus terruños de manera simbólica sin salir del país receptor. En otras palabras, a través de la resignificación del símbolo y las prácticas religiosas locales del lugar de origen de los migrantes jalosotitlenses y el uso del discurso que provoca en los migrantes el sentimiento de nostalgia hacia sus terruños como fuente de la fe, la iglesia de destino intenta institucionalizar las prácticas religiosas populares de los migrantes con el fin de incorporar a la población migrante hispana a la jurisdicción de la parroquia.
Virgen migrante o Virgen de los migrantes
Para los migrantes jalostotitlenses, la migración no sólo ha sido un desplazamiento en búsqueda de mejores oportunidades económicas fuera de su tierra natal y de su país de origen, sino también un viaje que les ha despertado la necesidad de expresar de manera colectiva la devoción por la Virgen de la Asunción, quien ha sido un símbolo central de su religiosidad y su identidad social y un vehículo de transmisión de tradiciones y costumbres a las siguientes generaciones. En este contexto, la Virgen de la Asunción de Jalostotitlán se ha transformado en un símbolo viajero para “salvar” las almas perdidas de los migrantes. Cruzando la frontera la Virgen contribuye al surgimiento y el desarrollo de las prácticas religiosas que crean y fortalecen los circuitos simbólicos y emocionales transnacionales.
La Virgen de la Asunción de Jalostotitlán es una “Virgen migrante” en varios sentidos: en primer lugar, su imagen ha sido replicada para que los símbolos, creencias, valores y prácticas puedan moverse entre familias migrantes, entre localidades internas a la República Mexicana, hasta extender sus peregrinajes a diversas localidades de California. En segundo lugar, es una Virgen que ha cruzado la frontera, como ilegal o con documentos, representando así las experiencias del cruce fronterizo de sus fieles. En tercer lugar, esta Virgen ha contribuido, de manera importante, al surgimiento y el desarrollo de las prácticas religiosas populares, en las que los migrantes han logrado encontrar formas para estar simbólica y emocionalmente cerca de su terruño, su patrona y sus tradiciones religiosas. En este sentido, además de ser una Virgen migrante, es una “Virgen de los migrantes”.
Asimismo, las réplicas de esta Virgen y sus prácticas religiosas han trazado los circuitos simbólicos y emocionales entre la sociedad emisora y la receptora. Sin embargo, las conexiones transnacionales de la dimensión religiosa de la vida de los migrantes no sólo surgen de las prácticas religiosas desarrolladas por la iniciativa popular de los migrantes, sino también de la intervención de la iglesia de destino en estas prácticas de carácter transnacional intentando así acercarse a los migrantes como nuevos sujetos religiosos para el desarrollo de su parroquia. En este sentido, los circuitos simbólicos y emocionales transnacionales que se construyen en la dimensión religiosa de la vida de los migrantes, también son producto de la intervención de la iglesia de destino que institucionaliza sus prácticas religiosas populares, crea un mito de terruño y lo utiliza como capital social para la incorporación de los migrantes en la parroquia de destino. De esta forma, estos circuitos transnacionales también funcionan como “redes” que atrapan simbólica y emocionalmente a los migrantes para incorporarlos a la sociedad receptora.
Obras Citadas
Levitt, Peggy, y Glick-Schiller, Nina, 2004, "Perspectivas internacionales sobre migración: Conceptualizar la simultaneidad", Migración y Desarrollo, segundo semestre, 60-91.
Rouse, Roger, 1989, Mexican Migration to the United Status: Family Relations in the Development of a Transnacional Migrant Circuit, Ph.D. dissertation, Stanford, Department of Anthropology, Stanford University.